La postura decisiva, tu mejor aliada

Estamos sometidos al cambio a veces muy a pesar nuestro. Algunos decidimos cambiar por decisión propia. Otros, lo hacemos empujados por las circunstancias. Pensemos en nuestras relaciones, finanzas, trabajo, pareja, familia. Siempre hay margen para mejorar esos aspectos de nuestra vida. El deseo de cambio es el motor hacia una nueva realidad. Una realidad, fuera de nuestra zona de confort. Si queremos cambios pertinentes y poderosos en nuestra vida, transitaremos tarde o temprano, por esa frontera leve y determinante de nuestra zona de confort. ¿QUÉ IMPLICA SALIR DE NUESTRA ZONA DE CONFORT? No podemos esperar un cambio, si repetimos las mismas estrategias y actitudes con sus respectivos pensamientos, emociones y creencias. Para llevar una vida diferente, necesitamos cambiar las actitudes y estrategias, a las que a menudo, nos apegamos. Nuestros resultados actuales provienen de nuestras elecciones pasadas, así como los resultados futuros dependerán de nuestras decisiones actuales. Si queremos cambiar el curso de los acontecimientos que no nos agradan, es necesario replantearnos salir del camino habitual e investigar nuevas trayectorias. Salir de nuestra zona de confort, significa reorientar decisiones, ingrediente fundamental para renovarnos. Poder decidir sobre nuestras circunstancias, es fundamental para realizar los cambios que tanto anhelamos. Y tenemos ese poder. El poder de decidir, qué pensamientos, emociones, actitudes o acciones elegimos en nuestro día a día. Podemos preguntarnos, ¿Qué tipo de actitudes me impiden lograr el éxito? ¿Qué hábitos me impiden crear los resultados que quiero? ¿Qué decisiones nuevas necesito tomar en mí día a día? Crear la vida que queremos depende solo de nosotros. Si queremos una vida diferente empecemos por modificar nuestras elecciones y decisiones cotidianas. ¿CÓMO ORIENTAR  NUESTRAS DECISIONES? Decidir es de libre elección y nos permite cambiar las cosas. Si nos ejercitamos, sabremos lo que es importante para nuestro éxito y bienestar, atravesando los límites de nuestra zona de seguridad. La postura decisiva es aquella que nos permite conectar con nuestras necesidades profundas  para satisfacerlas. Desencriptar esa información, es aprender, salir del hábito, descubrir un nuevo dinamismo y obtener los beneficios esperados. Integrando el cuerpo y la mente, llegamos a un diálogo más íntimo con nosotros mismos. Obtenemos claridad y coherencia en nuestras decisiones y acciones al suavizar o eliminar los conflictos internos que interfieren en nuestras intenciones. Pasar de una intención clara a una acción coherente es propio de la habilidad de nuestro sistema nervioso quien está preparado para la SUPER – VIVENCIA. Es decir para la satisfacción. El punto de partida para el logro de una vida más sana y apasionada es nuestra capacidad de decidir la calidad de las experiencias que queremos vivir. Susana Ramon

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